lunes, 26 de octubre de 2009

Karina Viridiana Carrillo Madrigal

Un hermoso día de verano, dos grandes arquitectos llamados Alejandro y Sebastián bajaron a la orilla del mar.

Cada uno de ellos quería construir un castillo, “su gran castillo”. Y querían que fuera el más maravilloso del mundo.

¡Menudo disgusto se llevaron al encontrarse!

“¡Que mala suerte!”, se dijo Alejandro,

“¡Que mala fortuna!” pensó Sebastián,

Por que ambos imaginaban que estarían solos...

Tras mirarse un buen rato con cara de pocos amigos, se pusieron manos a la obra; Cada cual estaba convencido de que su castillo seria el mejor.

Trabajaron muy duro hasta que sus catillos quedaron finalmente acabados.

¡Eran magníficos!

Tan magníficos que todas las gaviotas de la playa se acercaron a mirar.

También salió a mirarlo un inmenso cangrejo y no le gusto nada lo que habían construido en su playa.

Corrió hacia uno de los castillos... ¡Y lo derribo con sus enormes pinzas!

¡Oh no! _ gimió Alejandro

¡Jajaja! _ Se rio el Sebastián

Luego corrió hacia el castillo que todavía seguía en pie y también lo derribo.

¡Jajaja! _ Se rio Alejandro

¡Oh no! _ gimió Sebastián

Tras lamentarse un buen rato se pusieron atrabajar de nuevo.

“Esta vez mi castillo será mas fuerte”, se prometió Alejandro.

“Esta vez mi castillo será mas alto” se juro Sebastián.

Pero por más que lo intentaron, los castillos no resultaron ni tan altos, ni tan fuertes…

Los dos arquictetos volvieron a mirarse con cara de pocos amigos, Sin duda hubieran preferido estar solos.

_Levantare una muralla para no verte nunca mas_ Dijo Alejandro

_Desaparece de mi vista_ Dijo Sebastián

Y así fue: entre ellos creció una muralla muy alta que no les dejaba verse;

Sin embargo, los dos grandes arquitectos se preguntaban sin cesar: ¿Sera mi castillo el mas hermoso de la playa?

Y como no pensaban en otra cosa, ya no se daban cuenta de lo que ocurría a su alrededor.

Ninguno noto que una gigantesca ola azul se acercaba,

¡BRUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUM!

La ola rompió sobre la playa y no dejo nada en pie.

Los dos grandes arquitectos se miraron de nuevo pero esta vez sin odio.

Estaban tan tristes…

A ninguno le gustaba tragar agua del mar.

Fue entonces cuando alargaron sus brazos, y se estrecharon las manos.

“Como hacen los grandes arquitectos”

Comenzaron a hablar y decidieron trabar juntos para construir un único castillo.

Un castillo realmente alto…

Realmente fuerte…

Y sobre todo realmente hermoso…

El mar se sintió tan orgulloso de ellos que les regalo uno de sus caracoles mágicos.

Entonces los dos amigos jugaron juntos hasta el atardecer.

¡Nunca se habían divertido tanto!

Y cuando oyeron los gritos de sus padres llamándoles, se marcharon de la playa con la promesa de volver a verse…

EL SOL YA NO ESTABA, PERO OTRAS LUCES ILUMINABAN EL CIELO…

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